El oído es un órgano capaz de detectar o reconocer sonidos. Este órgano se divide en tres partes, a saber, el oído externo que consta del canal auditivo y el lóbulo de la oreja; oído medio formado por los huesos pequeños del martillo, el yunque, el estribo y el oído interno.
Al igual que los oídos externo y medio, el oído interno es igualmente importante porque tiene la función de escuchar sonidos. Además de eso, ¿sabía que el oído interno también juega un papel importante en el mantenimiento del equilibrio corporal?
Así que imagina que estamos tocando la guitarra, mientras caminamos al mismo tiempo, ¿puedes pensarlo? ¿Cómo podemos mantener el equilibrio? Normalmente no es fácil. Y esto sucede porque existe una conexión entre nuestros oídos y el equilibrio de nuestro cuerpo.
Sí, nuestro oído interno trabaja en armonía con los ojos y los músculos, ayudándonos así a mantener el equilibrio cuando realizamos diversas actividades. El oído interno en sí consta de tres canales semicirculares llamados canal semicircular superior, canal semicircular posterior y canal semicircular lateral.
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Los tres canales semicirculares están dispuestos en tres posiciones diferentes. Cada uno de estos conductos tiene un líquido llamado endolinfa y células ciliadas llamadas cilios en la base. Cada vez que movemos la cabeza, el líquido se mueve, lo que también provoca el movimiento de los cilios. Cuando los cilios se mueven, envían una señal al cerebro que nos informa en qué dirección se acaba de mover nuestra cabeza.
Cada canal tiene una función diferente según el movimiento de nuestra cabeza. Cuando movemos la cabeza hacia arriba y hacia abajo, los canales semicirculares superiores ayudan a nuestro cerebro a comprender los movimientos de cabeza (sí, movimientos). Cuando inclinamos la cabeza hacia el hombro, el canal semicircular posterior ayuda a nuestro cerebro a comprender los movimientos de inclinación.
Del mismo modo, cuando movemos la cabeza de un lado a otro, los canales semicirculares laterales ayudan a nuestro cerebro a comprender el movimiento, no (sacudir la cabeza).
Todo esto sucede por la respuesta del cerebro, donde este órgano da órdenes a los músculos de todo el cuerpo para que se coordinen de tal manera que el cuerpo esté en un estado de equilibrio.
Este sistema nos permite mantenernos estables y equilibrados cuando estamos en un ascensor que está arriba y abajo o sentados en silencio en un automóvil que se mueve hacia adelante o hacia atrás.
Es innegable que rara vez se realiza la función del oído interno. De hecho, esta parte es la clave para el sentido del oído y la función de equilibrio del cuerpo.